Otra del edil de Ahuazotepec, crea basurero clandestino en el bosque

Ahuazotepec, Pue.- Decenas de miles de kilogramos de basura se acumulan cada semana en el tiradero clandestino que se abrió luego de la toma de posesión del presidente municipal de Ahuazotepec Eric Alvarado Bednar, en febrero pasado, en el acceso al bosque municipal en el barrio Manzanillas.

Los fétidos olores que desprenden vísceras de animales y otros desechos en descomposición anuncian la llegada a un largo sendero de bolsas de plástico, botellas, papel higiénico, cartón, desechos de alimentos, cáscaras de fruta, que son revueltas por una familia de pepenadores que busca hacerse de unos pesos rescatando algún material reciclable.

La multicolor y amorfa montonera contrasta con el verde de los pinos y los ocotes que la circundan y el rojo barro del terreno donde la tripulación de un camión compactador del servicio de limpia de Ahuazotepec tira al suelo los desechos de los más de 9 mil 500 pobladores de la demarcación.

Los empleados, sorprendidos y enojados, reclaman la presencia de los periodistas y amagan con impedir nuestro trabajo. Luego arrancan su camión y se van corriendo.

A decir de algunos vecinos del paraje, el tiradero fue inaugurado con la administración del petista Eric Alvarado Bednar; otros en cambio aseguran que fue la “mejor opción” que se le ocurrió al seis veces ex alcalde Benjamín Silva Cuevas, quien por mucho tiempo mantuvo un basurero ilegal a una cuadra del palacio municipal y unos 10 metros de la antigua carretera Puebla-Tejocotal.

Montones de carbón indican que se ha prendido fuego a una parte de la basura tirada en el lugar como para desahogarlo, pero de acuerdo con las personas que recogen el cartón, hace mucho que ésta práctica fue suspendida y ahora anidan en el sitio “cualquier cantidad de animales carroñeros: ratas y zopilotes, principalmente”.

Habitantes de Ahuazotepec pidieron a las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que clausuren el tiradero clandestino antes de que crezca el problema y se convierta en una amenaza para su salud y que se obligue al alcalde a buscar otras opciones para el destino final de los desechos.