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Martes, 23 de Abril de 2024

Y mientras las nevadas, ¿qué hacemos?

29 Enero, 2015
Érika Nieto

Aunque miles de migrantes tuvieron la posibilidad de regresar durante esta temporada invernal a sus comunidades en México, incluyendo a Puebla, lo cierto es que por diversas circunstancias miles de ellos no contaron con la suerte de visitar a sus familiares y permanecen en territorio norteamericano.

En estos días se observaron en redes sociales y medios de comunicación cientos de imágenes que demostraban la fuerza de la naturaleza con el temporal invernal que afecta a una gran parte de Estados Unidos, obligando a sus habitantes a mantenerse en sus hogares o a tomar medidas de precaución y prevención ante las pulgadas y pulgadas de nieve en las calles.

Es de sobra sabido por quienes migran sin documentos legales a la Unión Americana, que la época de invierno es prácticamente tiempo perdido en materia laboral y que meses antes deben hacer un “guardadito” de dólares para evitar sufrir mientras se normalizan las jornadas laborales en las empresas que les otorgan trabajo.

Sin embargo siempre está la esperanza de que el temporal no sea tan fuerte y que les permita emplearse paleando por lo menos 30 centímetros de nieve en avenidas, calles, jardines y cocheras invadidas por la nieve, por lo menos en el condado donde radiquen y que generalmente es habitado por más mexicanos (con y sin documentos de residencia), o por dominicanos, peruanos, guatemaltecos o salvadoreños que están en la misma situación legal en ese país.

El regreso es más caro que la espera

Muchos migrantes toman la decisión de mantenerse durante la temporada invernal en territorio estadunidense por cuestiones de seguridad, de no arriesgarse en el cruce de la frontera ante los peligros que día a día representa; pero también por ahorrarse el pago del “pollero” que incluso le sale mucho más caro que esperar junto con sus “roommates” también indocumentados en un pequeño departamento o también conocido como estudio en algún lugar de Queens en Nueva York o La Villita en Chicago.

Los días no son fáciles, extrañando a sus familias y todas las costumbres mexicanas que encierra el invierno. Si la nieve les permite salir de los departamentos buscan trabajo o solo caminan dejando pasar el tiempo en centros comerciales. Cumplen con sus tareas domésticas habituales en lavanderías de la zona y comprando tarjetas para hacer largas llamadas telefónicas a su casa en México.

La patrulla fronteriza se convierte en rescatista

Mientras tanto en la línea fronteriza entre Estados Unidos y México la migración no se detiene, los paisanos siguen en su búsqueda por llegar a territorio norteamericano y empezar a luchar por su propio “sueño americano”. Sin embargo en esta temporada el cruce no es sencillo ni barato, ante las inclemencias de un invierno de por lo menos 5 grados centígrados bajo cero, los coyotes aumentan sus cuotas hasta en un 30 por ciento.

De esta manera los agentes fronterizos pasan de ser patrulleros que pueden encarcelar a los que cruzan ilegalmente a ser rescatistas de aquellos migrantes que están a punto de morir por hipotermia o de los cuerpos de quienes cayeron por un paro cardíaco o un paro cerebral al no sobrevivir a los daños del fuerte clima.

Comentarios: vía Twitter: @erinife

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