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Jueves, 25 de Abril de 2024

Los niños migrantes

30 Abril, 2015
Érika Nieto

Algunas cifras de deportación tanto de México como de Estados Unidos reporta a casi 13 mil niños que fueron detenidos en su intento por cruzar la frontera entre ambos países, tan solo en lo que va de este 2015, estas mismas cifras dicen que son 9 mil niños menos que el año pasado.

Y es que las generaciones de niños de hace dos o tres décadas no enfrentaban su realidad de la misma manera que la de hoy.

La inseguridad, la pobreza, el narcotráfico, las familias sin un padre o madre como cabeza, son factores fundamentales que provocan que hoy cientos de menores de edad no tengan como principal problema que resolver que se reventó la llanta de su bicicleta o la tarea de matemáticas, sino la búsqueda de una alternativa para huir de su realidad para hacer realidad su sueño de estar con sus padres.

Hoy, un niño que se encuentra en esas condiciones de cualquier entidad del país, toma la decisión de “domar” a La Bestia y montarla para que lo lleve al destino donde, según su propia información, encontrará la protección, el refugio y por supuesto el amor de sus padres que no tenía en su comunidad.

Algunos menores viajan con la creencia de que al llegar sin un acompañante a la frontera con Estados Unidos se convertirán en ciudadanos protegidos de ese gobierno y que tendrán la oportunidad de, algún día, alcanzar ese sueño americano que embelesa a miles cada día que inician esa misma aventura.

Sin embargo, todas esas creencias han generado que cientos de niños solos o acompañados sean rechazados por el gobierno norteamericano y repatriados a México, no necesariamente a sus comunidades, sino solo a la frontera mexicana aumentando su condición de presa fácil de la delincuencia de todo tipo.

Quienes son detenidos para permanecer en los albergues establecidos a lo largo de la frontera por parte de Estados Unidos, acusan malos tratos y vejaciones por parte de los guardias fronterizos.

Sin hablar del registro diario de niños, muchos de ellos viajando solos, en su paso por el desierto o por el río.

Sin protección alguna de ningún sector

Discursos van y discursos vienen, lo cierto es que nadie se hace cargo de esos menores. Sus familias argumentan la falta de recursos para hacerse cargo de ellos, las autoridades responsables también, mientras que para el gobierno estadounidense se ha convertido en una crisis humanitaria que todos critican pero que nadie propone alguna solución.

Las acciones de los gobiernos en México tanto estatales como federales para disminuir la cantidad de menores que emprenden un duro viaje rumbo a la Unión Americana no tienen ni los recursos, ni la visión ni la fuerza suficiente para darles a estos menores y a sus familias una vida digna en nuestro país que los haga quedarse.

La crisis en la que se encuentra un gran porcentaje de la niñez en México va creciendo de la mano con la crisis económica, social y de valores en nuestro país. Es una más de tantas cifras en los libros referenciales de los informes de gobierno.

La celebración del Día del Niño en México merece también una profunda reflexión sobre la problemática social que están viviendo los menores que los hace tomar la decisión de abandonar nuestro país, aunque encuentren la muerte o la esclavitud en lugar de un sueño cumplido.

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